La que fuese directora del FMI, Christine Lagarde, ha sustituido a Mario Draghi al frente de la presidencia del Banco Central Europeo. La parisina, que toma el relevo este viernes oficialmente, tiene como misión velar por la estabilidad financiera de la zona Euro, y ya ha manifestado que los países con excedente presupuestario no han hecho los suficientes esfuerzos en materia fiscal como para consolidar un crecimiento frágil. Además, se ha mostrado muy crítica con la poca solidaridad que existe entre los países que comparte una misma moneda.
Lagarde aterriza en el BCE en un momento donde las tensiones comerciales y geopolíticas están dificultando el devenir económico de Europa. Por ello, se enfrenta a varias misiones que vamos a analizar.
El primer objetivo de la nueva presidenta del Banco Centra Europeo es impulsar a los estados miembros de la zona euro a estimular su política fiscal. A Lagarde le tocará, por tanto, dialogar con los líderes de cada país para alcanzar una política fiscal más generosa, donde todas remen hacia el mismo lugar. Una situación complicada de lograr, ya que, por ejemplo, países como España, Francia o Italia, están endeudas, mientras que Alemania, se encuentra en superávit.
Frente a una persistente baja inflación y unos tipos de interés también muy bajos, Lagarde deberá estar atenta al desarrollo de los economistas y de las entidades financieras sobre las herramientas y misiones llevadas a cabo por los Bancos Centrales. Como estrategia, el relevo lo podrían tomar ahora los estados y empujarlos a tomar medidas presupuestarias, con la eterna duda de si cambiar el objetivo de la inflación pueda ser beneficioso.
Otra de las misiones a las que se enfrenta la francesa, es la de restablecer la serenidad y la unidad en el Consejo de Gobierno. Esta institución formada por los miembros de la junta ejecutiva y por los gobernadores de 19 bancos centrales de la zona euro, está atravesando un periodo de crisis debido a que muchos de ellos están en contra de la reanudación del programa de compra de activos.
El fortalecimiento del sistema bancario es otro de los objetivos que Lagarde tiene que apuntar en su hoja de ruta. Actualmente han crecido actores no bancarios en la intermediación y en la transformación tecnológica. Unos desafíos a los que la presidente del BCE debe hacer frente, al igual que apostar por promover a las mujeres en un mundo dominado por hombres. La feminización de las finanzas para Lagarde es una necesidad, como manifestó hace un par de semanas.
Por último, la política monetaria ultra expansionista de Mario Draghi ha inflado ciertos activos financieros. Hay varios mercados en los que hay que poner el punto de mira. Las tasas de interés son cada vez más bajas lo que llevan a un alzamiento extremo de los precios inmobiliarios. Por otro lado, hay que observar al capital privado. En Estados Unidos las complicadas entradas a bolsa de ciertas empresas como Uber han sido una advertencia para la economía mundial. Finalmente, en el mercado de bonos, los rendimientos ofrecidos ya no recompensan a los inversores por el riesgo asumido, y sobre todo, las tasas de delitos por préstamos alientan a las empresas a endeudarse aún más.